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Aprendemos de hilado con Laia - SOC UNA TROCA

Desde que abrí AMIMÚ he podido ver muchos tipos de hilados, como clienta ya conocía algunos, pero tener mi propia tienda me ha acercado mucho más a poder apreciar los diferentes tipos de hilos y fibras. No obstante siempre hay que seguir aprendiendo, ¡la inquietud es lo último a perder!

Por eso surgió esta entrevista a Laia. Laia es una tintorera artesana con su propia marca de lanas ecológicas "Sóc una troca". Su fascinación por el mundo de las fibras naturales y el color estalló después de que le regalasen una rueca por su boda. La curiosidad se adueñó de ella y le llevó a investigar sobre el hilado, las fibras y las diferentes técnicas tintóreas que se han utilizado a lo largo de la historia. Así llegó a desarrollar su propia marca de lanas cuyas madejas tiñe buscando el mejor equilibrio posible entre sostenibilidad y colores vibrantes.

Para conocer mejor algunos aspectos del hilado, decidí pedirle a Laia si podía contestarme unas preguntas y compartirlas con todas vosotras para así seguir creciendo juntas. Acomódate y disfruta, ¡nos cuenta cosas muy interesantes!

 
ENTREVISTA SOC UNA TROCA

Antes de nada, muchas gracias por animarte a responder estas preguntas. ¡Seguro que nos viene genial y aprendemos un montón! Empiezo:

Estamos acostumbradas a oír hablar de los diferentes tipos de lana por su composición, del animal o planta de la que proceden y si tienen algún otro añadido a su composición como el nylon o la poliamida. Pero, gracias a ti y esta entrevista, queremos sacar a relucir y dar a conocer otros aspectos de la lana.

Pregunta: ¿Lana cardada o peinada... por qué esos nombres?

Respuesta: Estos nombres responden a la preparación de la lana ANTES del hilado. Una vez se ha lavado la lana hay que organizar las fibras para que podamos darles torsión y convertirlas en hilo. El formato resultante de esta preparación se llama mecha.

La manera más sencilla de explicar la diferencia entre una preparación y otra es que el cardado nos dejará una mecha con las fibras entrecruzadas, mientras que el peinado las dejará todas en la misma dirección siguiendo el eje de la mecha. Y el nombre de cada preparación responde a algo tan evidente como la herramienta que se usaba antiguamente para trabajarla: las cardas (cepillos, no confundir con las plantas llamadas “cardo”) y los peines (una herramienta diabólica parecida a un peine para pelo, pero con unas púas de casi un palmo!). Por cierto, es posible que hayáis leído alguna vez en inglés: woolen (hilado de carda) y worsted (hilado peinado).

En el proceso de peinado se eliminan las fibras más cortas y las de la guarda (esos “pelos” más gordotes que nos encontramos a veces). Esto implica que se aproveche menos material, y por lo tanto, históricamente es un hilado más caro y de más prestigio.

Esto no quiere decir necesariamente que un proceso sea mejor que el otro, luego si quieres te cuento más sobre los resultados y verás que cada uno tiene lo suyo. Lo que sí que hay que destacar es que hay fibras más adecuadas para un proceso que para otro. Para poner algún ejemplo muy claro: si tengo la lana de una oveja con un pelo de guarda muy marcado será mejor peinarlo para separar la guarda de la lana “buena”, o si tengo un vellón de lana muy corta será mejor cardarlo para poder aprovechar bien todo el material.

Lana Cardada
  
P. Entonces, ¿cuando se hilan hay alguna diferencia?

R. El proceso de hilado es algo tan básico como dar torsión a unas fibras, la diferencia está en el resultado. Si las fibras a las que vas a dar torsión están todas en la misma dirección, el resultado va a ser un hilo de un grosor muy regular, de un aspecto liso, con todas las fibras bien apretadas entre ellas. Este hilo puede llegar a ser muy muy fino. En cambio, si las fibras están entrecruzadas, vamos a obtener un hilo mucho más abierto, más esponjoso y con aire, ya que la tendencia de las fibras es querer abrirse y “relajarse” otra vez. En la foto podéis ver un ejemplo de hilado con mecha peinada y abajo con mecha cardada.

Además de la preparación, en el resultado final va a influir mucho la cantidad de torsión que se dé a estas fibras, si se va a plegar en varios cabos, y la torsión que se dé cuando se pliega.

P. ¿Nos podrías contar la diferencia básica que podemos encontrar, al tejer, entre una lana cardada y una peinada?

R. La diferencia principal a la hora de tejer es la elasticidad y, por tanto, la caída que tendrá el tejido. La lana de carda es más elástica, vuelve a su posición original tanto como puede. Esto la hace muy buena para tejidos densos, como los calcetines, las trenzas o el colorwork.

La lana peinada tiene tendencia a estirarse y no recuperar la forma (lo típico que nos pasa con el algodón o la seda, que tampoco tienen elasticidad). Esto es muy bueno para tejidos en los que buscamos una buena caída, o que sean más abiertos, como cuando tenemos calados, por ejemplo, o para prendas tipo oversize.

Hay veces en las que estas diferencias se notan muchísimo, y realmente te pueden hacer fracasar un proyecto. De todas formas, lo más normal es que las hilaturas jueguen con la cantidad de torsión que le ponen al hilado y el plegado, de manera que los dos tipos de hilo se pueden llegar a parecer muchísimo.

P. ¿Qué beneficios tiene cada una?

R. A parte de la elasticidad, que ya hemos comentado, la cantidad de aire que queda entre las fibras le da al hilo otra serie de propiedades. Los hilos más esponjosos, los de carda, actúan como mini cámaras de aire, así que generan una barrera térmica mayor, son perfectos para piezas de abrigo. Además, cuando los sumergimos en agua, estas burbujas de aire hacen que le cueste mucho empaparse, así que saldrán buenas prendas de exterior.

El hilo peinado, en cambio, puede llegar a ser mucho más fino, de manera que es perfecto para prendas más abiertas y para lugares menos fríos.


P. Como tintorera, ¿es más complicado trabajar con unas que con otras?


R. El resultado del tinte es un poco distinto, pero la complejidad es la misma. La diferencia principal viene más dada por el tipo de fibras (merino, alpaca, seda…) y por si llevan tratamiento superwash o no que por su preparación. Luego está el gusto de cada tintorera, a mí las lanas de carda me encantan, aunque no son nada fáciles de encontrar por aquí.

P. Otro aspecto de los hilos con los que me topo como tendera es el aspecto de su torsión, más o menos abierta, más o menos parecida a una "cuerda" o a un "cordón". Podrías decirnos si existe una denominación para estas diferencias, ¿tiene que ver también con la forma en que están hiladas - cardadas o peinadas - o es independiente?

La cantidad de torsión que se añade ya sea al hilar o al plegar es lo que influye más en el resultado final. Tú puedes tener una preparación de lana peinada, pero si le das poca torsión al hilado, y un poquito más al plegado, vas a conseguir un hilo que te va a costar de distinguir de un hilado de carda.

Luego encontramos estos hilos de tacto muy fino, pero que cuando los tejes te parece tener un cordón en la mano. Estos suelen ser peinados a los que se le da una buena torsión al hilado y poca al plegado. De esta manera consigues un hilo muy denso, muy resistente y muy compacto. Es un hilo que gusta mucho a las tejedoras de telar, ya sea de alto como de bajo lizo. Pero a las tejedoras a dos agujas y a las crocheteras nos termina pareciendo pesado y no nos cunde nada.

Esto es un mareo, ¿verdad? Bueno, ¡no hay que aprenderlo de memoria! En cuanto tengáis ocasión fijaos en los hilos que tenéis en la mano, en sus parecidos y diferencias, y en las sensaciones que te da cada uno.

Propongo un ejercicio: busca unos cuantos hilos distintos que tengas por casa, finos y gruesos, y corta un trocito (nada, unos 10 cm). Observa la diferencia del ángulo de la torsión, hay algunos más abiertos y otros más cerrados. Ahora desenróscalos, cuenta cuantos cabos hay e intenta separarlos. Observa las diferencias entre los hilos, resultantes, los habrá más prietos o menos, y puede que encuentres alguno que esté hecho de hilos plegados en otros hilos plegados en otros hilos (etc.). Y ya para terminar: desenrosca estos cabos, de aquí vas a sacar la fibra tal cual. Verás que algunas son más largas (incluso pueden ser bastante más de los 10 cm que te he recomendado cortar) y algunas que apenas llegan a un par de centímetros.


P. Si quieres añadir algo sobre los hilados que creas interesante, ¡estamos encantadas de leerte! Cuéntanos:


R. Sé que a veces me pongo muy técnica, pero ya te habrás dado cuenta de que el tema me apasiona, he hilado muchos kilos de lana, y he leído muchísimo sobre ello! Si eres hilandera habrá muchas cosas que te sonarán, o que ya conocías, espero haberte ayudado un poco a poner orden a estos conocimientos.

Tal y como se dice, cada hilo es de su madre y de su padre. En el hilado intervienen muchos factores, aquí básicamente hemos hablado sobre la preparación de la fibra. Además de esto hay que tener en cuenta qué tipo de fibra es (animal, vegetal, manufacturada o sintética), el largo de estas fibras, si le damos tratamiento superwash o no, cuanta torsión le añadimos al hilar, si la plegamos en varios cabos o la dejamos en uno solo, cuanta torsión le damos a este plegado, y muchos factores más que me dejo en el tintero.

Parece extraño que un oficio milenario, como es el de hilar, pueda ser tan sencillo y tan complejo a la vez, ¿verdad?

Verdad, Laia ;) pero tú nos has hecho comprenderlo un poco mejor. En mi nombre y el de todas las lectoras, gracias por tu aportación y brindarnos toda esta información.

- - -

Y a ti, como lectora-tejedora, ¿qué te ha parecido la entrevista?, ¿te ha servido para saber más de todo este universo de lanas y teñido? ¡Espero que si! Y, como dicen que una imagen vale más que mil palabras, aquí puedes ver las preciosas madejas que crea Laia.

Madejas teñidas a mano



Si te animas a tejer algo con las madejas de Sóc una troca, ¡estaré encantada de verlo! Sube tu fotografía a facebook o instagram etiqueta y menciona a @amimu.es y @socunatroca en el post con #hechoconamimu


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